REGISTROS AKASHICOS

03.02.2010 13:44

Todo es energía en el Universo. Esta energía vibra en diferentes frecuencias y dimensiones.
Estas dimensiones están configuradas por espacios infinitos donde existen mundos de otros niveles no materiales sino sutiles.
Ellos se llaman Tattwas y son los cinco elementos a través de los cuales se distribuye la Energía Planetaria: Tierra, Agua, Aire, Fuego y Akasha.
El único vehículo humano para alcanzar todos los niveles de frecuencias es el Alma, que es a su vez vehículo del Espíritu.

AKASHA es una palabra de origen sánscrito, que se utiliza para denominar un plano de la conciencia cósmica que actúa como archivo, en el cual se graban o registran todos los eventos, situaciones, pensamientos, emociones y acciones de un ser. Allí esta registrada toda la historia del planeta, asi como toda la historia personal de cada uno de nosotros. Se halla escrito el propósito en la Vida, asi como el programa de nuestro destino futuro según nuestro karma o aprendizaje.
Una vez conocido los principios de reencarnación, uno desea configurar sus propios anales karmicos del pasado en su mente actual. No debemos suponer que esta aspiración se inspire en mera curiosidad o que sea tonta pedantería, si bien es cierto que puede contener en proporción variable ambos elementos.

Es muy útil tener idea de una vida anterior, mas para que el conocimiento rinda amplios beneficios acordes con su pleno valor, es menester que sea de primera mano.  En otras palabras, el verdadero recuerdo de las encarnaciones pasadas es una experiencia bien diferente de la lectura que podría hacernos un clarividente, por más exacto que este fuera. Sin embargo, no deja de ser útil verificar esto con un verdadero clarividente, pero el más mínimo detalle que podamos recordar resulta de mayor valor que la más prolija y completa descripción efectuada en el éter reflector por otra persona. El aguijón de la muerte desaparece desde el momento en que vislumbramos algún recuerdo autentico de nuestro pasado, puesto que por nuestra propia experiencia comprobamos la inmortalidad del alma y su independencia de la existencia corporal. Bien vale la pena esperar con paciencia hasta que nuestras propias manos puedan descorrer el velo, en vez de recurrir a la clarividencia ajena que anula nuestro descubrimiento. Para develar el pasado con certeza y tener la seguridad de no sufrir una ilusión es necesario comprender los principios básicos de la doctrina de la reencarnación.

No es sencillo para nuestra experiencia mundana aceptar una idea tan extraña, pero si imaginamos el Éter Reflector o Akasha, como una placa sensible en la que se imprime todo reflejo que llegue a ella, y de la cual es posible por medios apropiados, escoger y revelar las impresiones a voluntad, nos aproximaremos a una comprensión ligera del proceso.

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